lunes, 18 de agosto de 2014

Una ventana al país català

Un mes y algunos días llevo en Barcelona, trabajando y viviendo en un barrio que me encanta. Compañeros nuevos, amigos nuevos, calles nuevas, trabajo nuevo, todo nuevo... incluso idioma nuevo.
Aunque Barcelona no sea el sitio de Cataluña donde más catalán se habla, lógicamente aquí todo está en catalán. De hecho, una de las primeras cosas que quiero hacer aquí es precisamente aprenderlo y hablarlo por los codos, si puede ser (ya me ha comentao un colega que me paro a hablar con todo el mundo, así que lo de hablar por los codos es literal -jajajajaja- no sabía yo que era de esas...). De momento lo aprendo solo por observación (lo escucho, lo leo, lo imito... me caen muy bien a mí los catalanes y me gusta imitarlos, ¿qué le hago?) pero sepan ustedes si me están leyendo que existe un consorcio de normalización lingüística (o lingüítica, que diría una de mis profes de la facultad XD) que es para que aprendamos catalán los recién llegados, el Consorci per a la Normalització Lingüística. Que nadie se me ofenda por lo de normalización, que os veo venir... Es como el consorcio del catalán para pobres; los cursos son de la Generalitat y son gratis hasta que quieras sacarte el C1. ¡Ay! Qué porculo voy a dar en cuanto empiece yo con eso...

Y ojito (que no ojete, cuidao también ahí XD), que esto sigue siendo un blog de fotografía, aunque de momento solo hago fotos con el móvil porque no me he traido aún mi Nikon. Ya he pedido que me la manden por Seur, pero hasta que llegue a mis brazos seguiré haciendo el ganso con el Samsung Galaxy Ace II, que está haciendo su papel y me sube todas las fotos al Instagram que es donde yo me voy quitando un poco el mono de "afotar" lo que me rodea. Y para muestra, un botón:



Por cierto, mi barrio molón tiene las fiestas más esperadas de toda Barcelona. Esto es de hace dos años, pero yo he flipao con las cositas que les han hecho a las calles estos días; no tengo fotos porque lo malo de ir solo con el móvil es que se te acaba mucho antes la batería, pero para eso está el Youtube ;)



Y como no quiero quedarme atrás en el mundillo hashtaguero, el hashtag oficial de mis andanzas catalanas no es otro que #miaventuraenelpaiscatala ¡pa que no se diga que no me pongo al día en las tareas 2.0! XD

Todo esto sin perjuicio de mis amigos de toda la vida, mi familia de toda la vida, mi calle de toda la vida y mis compañeros de siempre, que aunque yo esté aquí feliz y porque me salió del jopo, los echo mucho de menos a todos. Ya iré de vacaciones pa que nos tomemos un moscatelito blanco de Chiclana ;)





martes, 10 de junio de 2014

Ser o no ser... fotógrafo

Para empezar, yo no soy fotógrafa. Tengo una cámara, me encanta la fotografía, me atrevo a enseñar lo que hago, pero no tengo formación, ni equipo y mi creatividad es bastante escasa, ¿por qué no decirlo? Digamos que, más bien, yo juego a ser fotógrafa. Y en este juego (que no es de niños porque es muy caro), aprendo cosas, me divierto y admiro a unos cuantos fotógrafos de verdad.

 Hay muchas razones por las que me gusta la fotografía. La primera es que soy un poquito friki, no demasiado creo yo, pero lo suficiente para interesarme por cómo funciona una cámara de fotos y toquetear botones y numeritos... ¡me encantan los numeritos! Cuando aprendí a leer el fotómetro de mi Nikon y el histograma me sentí... ¡poderosa!
Otra razón es que cuando uno ve cosas bonitas (fotos en este caso) también quiere hacer cosas bonitas (y seguimos hablando de fotos, claro). Una vez que empiezas a preguntarte: "¿por qué esta foto es tan bonita?", ya no puedes parar. Hay técnicas, retoques, reglas de la fotografía, truquitos, tendencias, estilos, cacharros (como objetivos, flitros, flashes, geles de colores para los flashes, difusores, reflectores... ¡todo carísimo!) y un montón de términos técnicos, y paisajes, retratos, color, blanco y negro, película, digital... ¡no tiene fin! Una vez que te aficionas, no hay tiempo para aburrirse.
Hay otra razón que hace que la fotografía me siga gustando mucho; desarrolla la creatividad. Ya he dicho que yo de esa tengo poquita, pero desde que practico este bello arte (por favor, con acento argentino), también soy más creativa. No mucho, tampoco hace milagros la fotografía, pero ayuda. Empiezas a mirar el mundo con otros ojos, hay caras que te piden a gritos hacerles un retrato que en tu cabeza sabes que quedaría brutal, empiezas a inventar cómo conseguir la foto que tienes en la cabeza, y con el tiempo vas consiguiendo resultados que te gustan, por lo tanto tienes muchas más ideas, lo tienes que preparar... creatividad lo llaman.


Como decía, la fotografía para mí es como un juego; yo juego a ser fotógrafa, pero no lo soy. No lo soy porque, entre otras cosas, no me gustaría nada que una afición que me gusta tanto se convirtiera en una obligación, aunque me pagaran. Por eso admiro a muchos fotógrafos de verdad. Hace no mucho descubrí a una fotógrafa argentina que me encanta, Lupe Jelena, la de las fotos, que tiene un canal en Youtube genial, con sus inquietudes como fotógrafa, respuestas a las dudas de los que queremos preguntar, consejos, tutoriales... ¡Ella tampoco se aburre! Y aquí os quiero dejar sus 10 razones por las que ser fotógrafo es lo mejor.
Una que no he mencionado antes: tus fotos del perfil son mejores que las de los demás (no es mi caso, pero lo persigo jajajaja). Merece un vistazo el video (otra vez con acento argentino), y ella misma nos va a explicar dónde encontrar sus 10 razones por las que ser fotógrafo es lo peor... porque no todo es un camino de rosas. Yo he disfrutado mucho de los dos.

Como curiosidad: tanto ella como yo nos hemos cortado la melena (que no la coleta) hace muy poquito. Totalmente irrelevante el dato, pero me da la gana tener eso en común con ella XD.


domingo, 27 de abril de 2014

Algunos proyectos fotográficos para hacer antes de que acabe 2014

A pesar de que solo he terminado UNO de todos los que he empezado, un proyecto fotográfico es una buenísima manera de llamar a la puerta de la inspiración cuando esta se pasea en bragas de la cama al sofá y del sofá a la cama. Hay muchísimas versiones que se pueden encontrar haciendo una búsqueda en un momentito en internet; por ejemplo, la célebre y a la vez ambiciosa versión de 365 fotos en un año (una al día, si no te sobra el tiempo, es mucha dedicación) junto con su hermana "menor" (y, de paso, mucho más asequible) de 52 semanas acaparan casi toda la atención y hacen las mieles del público en blogs, Flickr, Pinterest y más recientemente en Instagram, entre otros. Sin embargo, para los menos constantes (como yo misma), hay alternativas mucho más light con las que desarrollar nuestra creatividad sin comprometernos durante un año entero.

Área Cincuenta y Dos: Semana 16/52

Uno de los más buscados es el proyecto fotográfico de 30 días. Consiste en hacer una foto cada día durante un mes (una interesante forma de probar lo que sería el de 365 fotos, pero sin llegar al agotamiento) normalmente siguiendo un orden y una lista de temas para cada día del proyecto (aunque yo también os animo a hacerlo de manera completamente libre). Como no todos los meses tienen 30 días, existen también propuestas de 31 y 28 fotos que enumeran una lista de las cosas a fotografiar durante todo el proyecto. Cada uno aborda el tema del día en cuestión como mejor le parece, e internet y las redes sociales se llenan de autorretratos, nuestras cosas favoritas, colores, líneas y formas, blancos y negros, paisajes, espacios negativos... y un sinfín de temáticas y técnicas distintas. Será de todo, menos aburrido ;).

Buscando ejemplos, me he encontrado con este proyecto fotográfico de 30 días con tutoriales (en inglés) para los que quieran animarse y a la vez dejarse enseñar. ¡Muy Interesante!

Si os gusta este tipo de retos, pero una foto al día es demasiado, y una a la semana está bien, pero no queréis llegar hasta 52 (porque, sí, un año entero da para mucho, pero también corremos el peligro de aburrirnos antes de terminarlo), podéis probar algo similar y más cortito: el proyecto de 20 semanas (¡será por inventar?) Yo misma, como ya he dicho en alguna otra ocasión, empecé este blog con un proyecto 52 (Área Cincuenta y Dos se llamaba entonces, y las entradas siguen publicadas aquí mismo) y al final lo abandoné a las 32 semanas. ¡Solo me faltaron 20! Qué satisfecha me habría sentido de haber hecho uno más corto para empezar; lo habría terminado y no tendría esa espinita aún clavada. La cuestión, sin embargo, es llevar la cámara encima y aprender a mirar con ojos de fotógrafo. Con ese objetivo conseguido, ya habremos hecho algo, ¿no?

Área Cincuenta y Dos: Semana 17/32
Otro proyecto posible sería el de la A a la Z, que puede tener varias versiones según nuestros niveles de exigencia. En este blog se han esforzado en buscar cosas, mobiliario urbano o cualquier utensilio que forme una letra del abecedario, incluso han montado algunas fotos juntas para formar palabras (también en inglés, como todo el blog), pero en este caso sin la presión de tener que hacer una foto cada cierto tiempo o seguir un calendario. Vamos, más a nuestro rollo. Si esto es demasiado para empezar, también se pueden buscar las letras en carteles, señales, graffitis... o incluso fotografiar objetos cuyo nombre empiece por cada una de las letras del abecedario. Claro está, unas son más fáciles de encontrar que otras, ahí es donde a veces hay que ponerse a pensar. The power is in your imagination! =D

Área Cincuenta y Dos: Semana 32/52
Un proyecto que me gusta particualrmente es este proyecto personal de Allison McSorley en el blog de clickin moms (también en inglés, ¡a que no os lo esperábais!). Faceless es una serie de retratos, principalmente de su familia, si no me equivoco, en los que no aparece ningún rostro, al menos al completo. Esto la obliga a buscar una perspectiva diferente cada vez, presentándonos a estas personas sin mostrarnos sus caras. El resultado, en mi opinión habla por sí solo.
Si queremos hacer algo en este sentido, podemos empezar por series más cortas y haciendo no solo retratos, pero buscando un punto en común entre todas las imágenes; un color, un objeto, una característica, o cualquiera de los temas propuestos en los proyectos que hemos visto hasta ahora (la regla de los tercios, contraluces, mi anhelado efecto bokeh... ¡hay para elegir!).

Pero no puedo terminar sin mencionar de nuevo un proyecto personal que me encandila especialmente, el de Jeff Harris. Si investigáis un poco sobre él, sus imágenes os encogerán el corazón como a mí, aunque muchas de sus fotos no son aptas para el público más sensible. Aun así, es muy recomendable.

No está todo dicho, hay infinidad de cosas que se pueden hacer, y el límite nos lo ponemos nosotros mismos. No hay nada como empeñarse en aprender algo para hacernos con nuestra propia técnica y ver nuestra propia evolución. No hace falta (aunque a casi todos nos encantaría) tener un equipo carísimo ni los últimos modelos del mercado para hacer grandes cosas, bastan el empeño y la dedicación; ya lo dijo Cartier Bresson: "Tus primeras 10.000 fotos serán las peores". ¡No hay tiempo que perder!