martes, 10 de junio de 2014

Ser o no ser... fotógrafo

Para empezar, yo no soy fotógrafa. Tengo una cámara, me encanta la fotografía, me atrevo a enseñar lo que hago, pero no tengo formación, ni equipo y mi creatividad es bastante escasa, ¿por qué no decirlo? Digamos que, más bien, yo juego a ser fotógrafa. Y en este juego (que no es de niños porque es muy caro), aprendo cosas, me divierto y admiro a unos cuantos fotógrafos de verdad.

 Hay muchas razones por las que me gusta la fotografía. La primera es que soy un poquito friki, no demasiado creo yo, pero lo suficiente para interesarme por cómo funciona una cámara de fotos y toquetear botones y numeritos... ¡me encantan los numeritos! Cuando aprendí a leer el fotómetro de mi Nikon y el histograma me sentí... ¡poderosa!
Otra razón es que cuando uno ve cosas bonitas (fotos en este caso) también quiere hacer cosas bonitas (y seguimos hablando de fotos, claro). Una vez que empiezas a preguntarte: "¿por qué esta foto es tan bonita?", ya no puedes parar. Hay técnicas, retoques, reglas de la fotografía, truquitos, tendencias, estilos, cacharros (como objetivos, flitros, flashes, geles de colores para los flashes, difusores, reflectores... ¡todo carísimo!) y un montón de términos técnicos, y paisajes, retratos, color, blanco y negro, película, digital... ¡no tiene fin! Una vez que te aficionas, no hay tiempo para aburrirse.
Hay otra razón que hace que la fotografía me siga gustando mucho; desarrolla la creatividad. Ya he dicho que yo de esa tengo poquita, pero desde que practico este bello arte (por favor, con acento argentino), también soy más creativa. No mucho, tampoco hace milagros la fotografía, pero ayuda. Empiezas a mirar el mundo con otros ojos, hay caras que te piden a gritos hacerles un retrato que en tu cabeza sabes que quedaría brutal, empiezas a inventar cómo conseguir la foto que tienes en la cabeza, y con el tiempo vas consiguiendo resultados que te gustan, por lo tanto tienes muchas más ideas, lo tienes que preparar... creatividad lo llaman.


Como decía, la fotografía para mí es como un juego; yo juego a ser fotógrafa, pero no lo soy. No lo soy porque, entre otras cosas, no me gustaría nada que una afición que me gusta tanto se convirtiera en una obligación, aunque me pagaran. Por eso admiro a muchos fotógrafos de verdad. Hace no mucho descubrí a una fotógrafa argentina que me encanta, Lupe Jelena, la de las fotos, que tiene un canal en Youtube genial, con sus inquietudes como fotógrafa, respuestas a las dudas de los que queremos preguntar, consejos, tutoriales... ¡Ella tampoco se aburre! Y aquí os quiero dejar sus 10 razones por las que ser fotógrafo es lo mejor.
Una que no he mencionado antes: tus fotos del perfil son mejores que las de los demás (no es mi caso, pero lo persigo jajajaja). Merece un vistazo el video (otra vez con acento argentino), y ella misma nos va a explicar dónde encontrar sus 10 razones por las que ser fotógrafo es lo peor... porque no todo es un camino de rosas. Yo he disfrutado mucho de los dos.

Como curiosidad: tanto ella como yo nos hemos cortado la melena (que no la coleta) hace muy poquito. Totalmente irrelevante el dato, pero me da la gana tener eso en común con ella XD.