sábado, 14 de febrero de 2015

Castellers

Ahora no sé por qué he tardado SIETE!!! meses en ir a verlos. Menos mal que nunca es tarde si la picha, digooooooooo... si la dicha es buena. Y yo me lo pasé genial el otro día en la diada castellera de Santa Eulàlia (la otra patrona, que como tienen dos, la Mercè y esta, tienen unas fiestas de invierno y otras de verano, ¡qué pelotasso!)

Fue un domingo de solecito, de los que me gustan a mí, que curiosamente me hizo acordarme muchísimo de los dominguitos de coros, aunque no andaran por allí ni Julio Pardo ni Faly Pastrana, pero sí que había emoción, vellitos de punta y gafas de sol, y hacía un calor que te secaba la humedad de los huesos y que era muy de agradecer después de to el frío que había estao haciendo (y que hizo, otra vez, en cuanto se escondió el sol).

La cuestión es que yo, que ni llevo parasol en el objetivo ni nada (un filtro polarizador sí que llevo, algo es algo), me vi con el sol en la carita y con los maravillosos castellers de toda Barcelona justo delante, así que a lo DIY con la manita de visera como si quisiera otear el horizonte, me puse a disparar sobrevolando las cabecitas de los asistentes todo lo que pude (que para los pies que tengo, no soy tan alta...). Me encantó verlo e inmortalizarlo, y me alegré muchísimo de que la colla de mi barrio se llevara un premio que a mí me pareció merecidísimo, pero perdonadme que no tenga ni idea de cuál era, que soy nueva en esto.

Por cierto, que yo creía que no, pero a veces se caen. La primera vez que lo vi pensé que era una cosa súper insólita y que sería una tragedia sin precedentes, pero no vi a nadie echarse las manos a la cabeza ni ponerse a llorar como descosidos, así que entendí que es algo que pasa relativamente a menudo y que deben saber cómo caer para no hacerse mucho daño. Me tomé una copita de cava para celebrarlo =D.

En resumen, yo lo disfruté brutal, pero me quedé con las ganas de un tipo, tipo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario